En la costa o en la montaña.... da igual

Con un jugador menos o con uno más; con titulares o suplentes; la cosa es igual… (y ojala así continúe), Boca sigue adueñándose de los superclásico. La única diferencia con el partido de Mar del Plata fue que esta vez el arco xeneize no tuvo sobresaltos. Roncaglia, Sauro, Muñoz y Krupoviesa mostraron notable solidez ante un endeble ataque rival. En el medio, la marca que aportaba el “debutante” Forlín como “5” fue suficiente para contrarestar una zona central con aparente mayor quite por parte de River. Chávez y Gaitán cubrían bien los espacios, dándose tiempo para acompañar a Gracian en la generación de juego. Descansado, Mouche fue una pesadilla para el fondo millonario… y aunque recién convirtió en la tercera oportunidad clara que tuvo, era muy evidente que el gol llegaría pues hubiera sido injusto (si acaso en el futbol hay justicia) que Boca se fuera al vestuario empatando el primer tiempo. En el minuto 46, Boca recuperó la pelota en tres cuartos y Gracian dejó solo al 7, se tomo su tiempo.. y ahora si puso la pelota entre el palo y el arquero.

Párrafo aparte para el arbitro. Muy linda la camiseta alegórica del superclásico que uso Pezzotta… buen estado físico por la pretemporada que hizo el plantel de jueces de AFA… pero de dirigir bien, ni hablar, será en otra oportunidad. El partido no se desnaturalizo solo porque los jugadores vieron que 2 salieron lesionados y se calmaron un poco, pero le faltaron un par de rojas al encuentro que el central prefirió ignorar por ser un “amistoso partido de verano”. Si un par de jugadores terminan con fracturas… o se produce una agresión sin pelota, no es amarilla.. es roja y a las duchas. Pero bueno… lo mismo de siempre.

Volvamos a lo importante. El segundo tiempo tuvo un dominio aun más acentuado con Boca esperando un poco para contraatacar y por momento floreandose con el toque de pelota. Tanta era la diferencia, que aquella hinchada que se dice tiene “paladar negro” no pedía buen futbol sino que sus jugadores “pusieran”. Tan pobre fue la actitud mostrada por los jugadores de la banda roja… que producto de la impotencia se quedaron con uno menos. Tan amplia fue la superioridad, que Roncaglia convirtió de zurda el segundo gol a menos de 15 minutos del final del partido. Si, Roncaglia, el central utilizado por necesidad de lateral derecho… recibió el desborde por izquierda de Rodrigo Palacio (Ischia lo metió para que gane minutos de cara el debut en Jujuy) y el joven con cara de Carlos Monzón, domino de derecha, eliminó a su marcador y con un remate bajo y seco de zurda puso el 2-0. De ahí hasta el final, toques peligrosos (para la integridad física de nuestros jugadores), lujos, rotación de balón y hasta el desmayo de Buonanotte para que terminaran con 2 menos, je. Con suplentes y jugadores en posiciones desacostumbradas pero que rindieron en un muy buen nivel… la sacaron barata y el 0-2 con que se fueron debe dejarlos contentos (jaja, pudo ser mucho peor). Ah.. me olvidaba, a eso de los 35 minutos del segundo tiempo… pudimos darnos cuenta que Abbondanzieri estaba presente cuando atajo en 2 tiempos el único remate al arco que le hicieron.

Ha sido un verano que recordaré por varios años… uno desde la cancha y otro por TV, fueron clásicos que disfrute muchísimo como todos los hinchas de Boca. Ojala sea el presagio de un primer semestre y un 2009, en general, con muchas alegrías, goles y podamos seguir… levantando copas.